Ciclo Jóvenes Pianistas (II)

Enrique Campos

Entrada libre hasta completar aforo. Entrada preferente socios JM Granada.


PROGRAMA

F. Chopin (1810-1849)

Vals en fa menor, Op. 70, N.º 2
Nocturno en fa mayor, Op. 15, N.º 1 
Nocturno en re bemol mayor, Op. 27, N.º 2
Nocturno en mi menor, Op. 72, N.º 1
Mazurka en si menor, Op. 30, N.º 2
Mazurka en la menor, Op. 68, N.º 2
Scherzo N.º 1 en si menor, Op. 20

F. Liszt (1811-1886)

Consolaciones para piano, S.172
I.  Andante con moto
II. Un poco più mosso
III. Lento placido

E. Granados (1867-1916)

Goyescas, Libro II, H.64
VII. El Pelele (escena goyesca)


ÓPERA, BACH Y EXOTISMO EN EL PIANO ROMÁNTICO DEL S. XIX.

En la era romántica decimonónica, la música no busca despertar emociones, sino que es expresión de la emoción misma. Esta capacidad del supremo arte es fielmente vislumbrada en las composiciones para piano del s. XIX. Tanto Chopin como Liszt creyeron en esta máxima hasta el final de su vida compositiva, sirviéndose de todos los recursos estéticos y técnicos a su alcance, y de toda la libertad que su zeisgeist (espíritu de su época) ponía a su disposición para alcanzar una expresión profunda emocional.

Ambos, precisamente por ese espíritu de la época romántica, eran conscientes de que el género operístico era lo más popular, y encuentran en él una influencia eficaz para la escritura pianística de alto valor emotivo. La melodía ejecutada por la mano derecha es escrita como si de una voz humana se tratara, logrando esa profundidad sentimental tan presente en el Romanticismo musical. Esta es una clara herencia mozartiana que Chopin y Liszt recogen y traen a su período estético musical. Si Mozart usaba recursos de la escena lírica en su música instrumental para sorprender y crear una tensión dramática que despertase sensaciones en continuo cambio, los pianistas románticos transportan ese instrumento mozartiano a un período musical donde la libertad armónica y formal explota recursos musicales hasta un extremo casi rupturista. Las Consolaciones de Liszt, especialmente la tercera, en la que el autor homenajea a Chopin, son vivo ejemplo de este dramatismo mozartiano llevado al s. XIX; un tema lento y tristón que, tras un desarrollo intermedio, torna a una expresión de alegría y optimismo, a través de una progresión armónica que realiza la sensación del drama. Todo ello sin olvidar el virtuosismo del que el autor siempre hizo gala, aunque lejos, en estas composiciones, de los fuegos artificiales que impresionan al público, y más cerca de su propia intimidad. Y qué decir de los Nocturnos de Chopin, con su estructura ternaria claramente inspirada en las arias de ópera, pero en cuya segunda sección se da rienda suelta a toda la libertad armónica, fruto del Romanticismo musical, que por momentos hace tambalear la clásica tonalidad funcional. Esto se hace aún más patente en el primer tema del Scherzo en si menor donde es casi imposible adivinar un centro tonal.

Estos genios no solo rindieron homenaje a Mozart, sino que fueron más allá en el pasado y trajeron a Bach a su presente. Vemos aquí otra característica típicamente romántica: el tiempo no es algo lineal, sino que es un concepto flexible y moldeable; el pasado puede irrumpir en el presente e influir decisivamente en el porvenir. Los pasajes cromáticos en estas obras de Liszt y de Chopin, especialmente en sus nocturnos, nos retrotraen a la escritura barroca donde las dinámicas rara vez se plasmaban en partitura y eran esas estructuras de semitonos las que provocaban sensación de crescendo o diminuendo. De la misma forma, el uso del contrapunto al estilo de Bach les permite crear situaciones de tensión y distensión ampliando ese tono dramático referido con anterioridad.  

Otro de los aspectos fundamentales de la estética romántica que este programa pone de manifiesto es la cuestión del exotismo. La fascinación de los artistas románticos por las culturas autóctonas divergentes del paradigma centroeuropeo era superlativa. Tanto es así que muchos compositores como el propio Chopin y Enrique Granados no dudaron en «autoexotizarse» buscando en sus obras las peculiaridades musicales de sus raíces nacionales, bien fuese por un sentimiento de nostalgia hacia una tierra que se ha abandonado, como pudiera ser el caso de las Mazurcas chopinianas, bien por realizar lo que desde fuera se espera que se haga, como les ocurrió a muchos compositores hispanos, entre ellos, Granados, o bien por puro interés comercial. Lo que sí es evidente es que este exotismo musical en ningún caso se trataba de una incorporación y asimilación de elementos musicales de otras culturas en la propia composición; no provenía de un estudio etnomusicológico concienzudo, sino que lo que se buscaba era que la composición «sonase a», que evocase ciertos estereotipos culturales. Así, Granados introduce esos elementos que suenan al folclore nacional en El Pelele, obra que describe la pintura homónima de Goya donde el pintor retrató la escena pastoril en la que un grupo de mujeres juega a mantear al aire un muñeco de paja.

En resumen, expresión de la emoción misma, influencia de la ópera en la música instrumental, libertad armónica y formal quasi rupturista, tiempo no lineal y exotismo, en un programa que podrá ser tachado de lo que se quiera salvo de poco romántico.

                                       Alfonso Fernández López
Musicólogo. Vocal de comunicación y prensa


ENRIQUE CAMPOS

Nace en Santa Fe en 1999, donde inicia, a los ocho años de edad, sus estudios musicales en Juventudes Musicales de dicha localidad. Allí obtiene el Grado Elemental con Víctor Buendía. En 2011 ingresa en el Conservatorio Profesional Ángel Barrios de Granada donde recibe clases de piano de la profesora M.ª del Mar Ortiz y Javier Herreros.

Gana el Primer Premio en el XIII y en el XVI Concurso de Solistas del Conservatorio Ángel Barrios, en la modalidad profesional avanzada de piano, obteniendo además el Premio Especial del Jurado. También recibe la Mención de Honor en la edición de 2013 del Concurso Autonómico de Solistas del CPM Joaquín Villatoro. 

Debuta como solista con la Orquesta del Conservatorio Profesional de Música Ángel Barrios, en el año 2015, y ha participado como solista en las dos primeras ediciones del Festival de Piano del RCSM Victoria Eugenia.

Ha recibido clases magistrales y participado en cursos de perfeccionamiento con Domenico Codispoti, Gustavo Díaz-Jerez, Mariana Gurkova, Alexander Kandelaki, Alexander Meinel, Galina Eguiazarova, entre otros. En junio de 2022 realiza un Curso de Interpretación y Técnica pianísticas con el prestigioso pianista Michele Campanella. 

Finaliza sus estudios de Enseñanzas Artísticas Superiores en el RCSM Victoria Eugenia, obteniendo matrícula de honor con el catedrático José Luis de Miguel. Recientemente, en 2023, ha aprobado la Oposición-Concurso al Cuerpo de Profesores de Música y Artes Escénicas en la especialidad de piano. 


ORGANIZACIÓN Y COLABORACIÓN

Organiza: Juventudes Musicales Granada
En colaboración con: Diputación, Diputación Cultura
Entidad Protectora: Fundación Caja Rural Granada
Colaboradores Principales: Mercagranada, ESCOEM
Colaboradores Generales: Construcciones Rodríguez, ATHISA
Otros colaboradores: Festival Discos, Pianos Francis, Cervezas Alhambra, Ilustre Colegio de Abogados de Granada, Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Granada, Hoteles Porcel, Hostal Costa Azul, Manuel Leonés Afinador

Fecha

21 Feb 2024
Expired!

Hora

20:00

Localización

Palacio Condes de Gabia
Calle Varela, 1, 18009 Granada

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